La realidad de la vida gira entorno de donde vivimos, de como vivimos y como ese movimiento del día a día construye nuestra vida, el constante cambio hace parte de nosotros y es lo que en algunos casos terminamos alejando sin tener idea de si realmente somos o no parte de la naturaleza; el artista Andy Goldsworthy no solo busca la sensibilidad del hombre del aquí ni el cuidado del ambiente que lo rodea sino que entendamos cual es nuestro sentido de estar aquí sin la necesidad de decirlo directamente.

 

En el documental “Rivers and tides” expone el proceso de Goldsworthy al realizar sus obras, las cuales se identifican con en el movimiento de Land art, donde abarca diferentes materiales de la misma naturaleza para su arte, y como este mismo hace parte del cambio y del fracaso por el que pasa el mismo artista en la creación de estos debido a que, el uso de los elementos que necesita ya sea piedras, ramas, tierra, agua o muchos mas no son tan maleables y estables como los conocidos o los usados para las obras de arte “comunes” y que en la mayora de ocasiones no permiten mantenerse firmes provocando la destrucción de todo el proceso llevado a cabo en ese momento, y el cual es necesario de repetir hasta conseguir el resultado deseado.

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Goldsworthy no busca en el espectador ese sentimiento de empatía con sus caídas o derrotas, quiere mostrarle al mundo como ese cambio que a veces es inesperado no nos puede detener y nuestro instinto e intenciones nos permiten seguir adelante con  todo; como en la naturaleza las estaciones cambian todo el entorno de un momento a otro pero sin perder esencia, sino que todo lo contrario ganan algo en ese proceso y los animales también se adaptan a estos cambios  es por eso mismo que nosotros también debemos dar en estos movimientos de la naturaleza.

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El vivir en este planeta rodeados de todos estos seres nos hace de alguna forma esencia de este, pero el hombre moderno seguido por su instinto de destrucción se ha distanciado y apoderado de este; el hombre no está hecho para superar la naturaleza, paradójicamente , porque somos parte de esta y debemos dejarnos fluir, y seguir adelante a pesar de lo que pueda pasar, para así poder hacernos uno con nuestro entorno y llegar a punto en el que el fracaso solo hace parte del proceso y no el fin de este, esto es una forma de ser y de pensar que Goldsworthy quiere hacernos ver con su obra.